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"Pasemos la página, dejemos los odios"

Es importante saber lo que pasó y por qué aún estamos acá, pidiendo justicia.

Publicado: 2018-01-09

Si hay algo que lacera mi alma es cuando nos piden pasar la página, como si se tratase de pasar la página de un libro, y que dejemos los odios, como si nosotros fuésemos los vengadores. Si hay algo que nos motiva y nos mueve es nuestra sed de justicia y no vamos a pasar la página mientras se nos siga negando. Por ende, no soy caviar, no soy roja, no soy terrorista. Simplemente ejerzo mi derecho, así sea mil veces pisoteado.

Quienes hemos perdido a nuestros seres queridos de la manera más injusta y cruel en la época del terrorismo, en las décadas de los 80-90, bajo los gobiernos de Fernando Belaúnde, Alan García y Alberto Fujimori, sabemos lo que es ser consumido por el dolor y la larga lucha que trae consigo toda pérdida. En mi caso fue el asesinato cruel de mi padre, el periodista Hugo Bustíos Saavedra, el 24 de noviembre de 1988, por una patrulla del Ejército. La vida dio un giro radical en todos los sentidos. Mi madre no solo quedó viuda a los 36 años con cuatro hijos en edad escolar, sino que también tuvo que trabajar sin descanso para sacarnos adelante y vencer todo tipo de adversidad. No había otra opción.

A eso se suma su lucha contra un poder judicial totalmente burocrático y parcializado, que buscó mil formas de archivar el caso Bustíos. Se podría decir que eran jueces humanitarios, como el humanitario presidente PPK, que absolvían o pasaban la página de la manera más infame. Mi madre no tuvo sosiego ni descanso en su batalla interminable. La única forma que frenó su lucha fue su inesperada y dolorosa partida, el 27 de octubre de 2016, en un accidente de tránsito, pero quedamos sus hijos. A 29 años, el caso Bustíos está en Juicio Oral contra el acusado Daniel Urresti Elera, ex ministro del Interior y ex candidato presidencial, y en los próximos meses se espera conocer la sentencia.

Pongo en contexto el caso de mi padre, para que nuestro reclamo como familiares de las víctimas no sea lapidado desde la ligereza e ignorancia. Es importante saber lo que pasó y por qué aún estamos acá pidiendo justicia por nuestros muertos. El indulto humanitario y el derecho de gracia a Alberto Fujimori, condenado por violaciones a los derechos humanos, es sencillamente infame e insultante. Lo que se cometió durante su gobierno, bajo su anuencia, a lado de su inefable aliado Vladimiro Montesinos, no fueron “errores” o “excesos”; fueron crímenes, persecuciones, torturas, hornos crematorios, secuestro de los poderes, secuestro de los medios de comunicación, difamaciones y corrupción. De manera que es una paradoja otorgar indulto humanitario a quien no tuvo un ápice de humanidad mientras estuvo en el poder.

Presidente Kuczynski: con su decisión, usted se ha convertido en verdugo, y como tal, la Historia lo condenará. No dejemos que el poder importe más que nuestros derechos.

“Les insto a seguir adelante más allá de nuestro dolor, del agotamiento que toda lucha trae consigo y la impotencia ante la injusticia y poca vergüenza de quienes ejercen el poder. Que la verdad triunfe y que los criminales sean condenados” (Margarita Patiño Viuda de Bustíos, Memorial Ojo que Llora, Agosto de 2014).


Así sea. La lucha sigue. Las calles nos esperan.


Escrito por

COMISEDH

COMISEDH es una asociación civil sin fines de lucro, con más de 40 años de experiencia en la defensa de los derechos humanos en el Perú.


Publicado en

COMISEDH, Comisión de Derechos Humanos

Espacio de opinión (no necesariamente institucional) de los integrantes, colaboradores y amigos de COMISEDH.