Cuatro años sin Margarita Patiño
Ricardo Alvarado, COMISEDH
Una breve semblanza de Margarita Patiño Rey Sánchez, “doña Maca”, como la llamamos muchos que la conocimos y quisimos, pasa por señalar que ella fue la viuda de Hugo Bustíos, pero también fue madre y educadora de sus hijos, comerciante, comunicadora y defensora de los derechos humanos. Sus palabras claras y firmes ante la Comisión de la Verdad y Reconciliación, en defensa de la memoria de Hugo, así lo demuestran.
Margarita no se encasilló en el rol de víctima; fue mucho más que eso, fue una sobreviviente empoderada, como las madres de ANFASEP, como las madres y abuelas de la Plaza de Mayo. Al igual que ellas, doña Maca fue una mujer endurecida, aunque sensible y tierna. Muchas veces la carga familiar y emocional de un proceso interminable, la lentitud y lenidad de la judicatura, la crueldad y vileza de los ataques que recibió por parte de quienes apoyaban la impunidad y las trágicas circunstancias de la muerte de su hija Patricia, la agobiaban.
Es muy probable que el cansancio y el estrés que Margarita acumuló en tantos años de injusticia hayan contribuido al descuido fatal que ocasionó su muerte. Nunca lo sabremos con certeza. Pero lo que sabemos es que nos dejó armas para luchar por los derechos humanos, y por la justicia que Hugo y ella merecieron en vida: armas de paz, espirituales y materiales. Sus palabras, sus acciones, su ejemplo de vida. En ellas, y en su recuerdo, Maca sigue permanentemente con nosotros.